Crítica de Lucy

Lucy

Lucy supo crear mucha curiosidad en las mentes de los espectadores desde el momento en el que se anunció su producción.

No iba a ser la primera vez que podríamos ver como el mundo del cine trataba de profundizar en el estudio de la mente humana y explorar lo que seríamos capaces de hacer si usáramos más del 15% de nuestra capacidad cerebral, y es que Neil Burger ya hizo algo similar en el 2011.

En el caso de la cinta del 2011, Burger nos presentaba a un escritor fracasado y sin inspiración, al que Bradley Cooper daba vida, que consigue mejorar radicalmente su nivel de vida consumiendo unas pastillas que estimulaban su capacidad cerebral hasta límites insospechados.

Lucy ha intentado dar una perspectiva más científica y aterradora de lo que Burger hizo con su película "Sin límites", pero el trabajo de su realizador, Luc Besson, no ha quedado en mucho más que en un resbalón sin fundamento.

La película gira en torno a Lucy, una joven "vive la vida" americana que vive en Taiwan y se dedica a poco más que a salir de fiesta y pasarlo bien.

No obstante, un día que parecía ir cómo otro cualquiera, el chico con el que Lucy sale la mete en un asunto del que luego se arrepentirá fatalmente.

Sin quererlo ni buscarlo, la joven Lucy se verá involucrada en un asunto de drogas y mafias del que no sabe nada y que pinta muy mal para ella.

Convertida en una mula de droga a la fuerza la situación se volverá aún más insostenible cuando una buena cantidad del estupefaciente que transporta, unan nueva droga, se introduzca en su torrente sanguíneo y haga que su capacidad cerebral aumente de manera insostenible hasta alcanzar el 100%.

Durante ese camino, Lucy experimentará una serie de transformaciones y cambios totalmente inesperados que la dotarán de poderes y habilidades impropias de cualquier persona normal.

La bellísima Scarlett Johansson ("Match Point") y el inconfundible Morgan Freeman ("Cadena perpetua") son los indiscutibles protagonistas de la cinta, aunque sea Scarlett la que absorba casi la totalidad de la película.

Las actuaciones de estas grandes estrellas no son el problema del bajo nivel y la decepción que nos ha transmitido la película. Tampoco los efectos especiales, que son precisamente el punto más fuerte y llamativo de toda la película.

Sin embargo la trama en sí y el guión de la película ya son otro cantar. Un galimatías carente de sentido, unión y continuidad es lo que nos pareció la película.

Todo es muy precipitado e improbable, una serie de acontecimientos en los que unos buenos variopintos y poco convencionales (un científico, una mujer con "poderes" y un agente de policía francés) deberán enfrentarse contra la yakuza.

Tiene puntos buenos y llamativos, escenas que realmente captan la atención del espectador y le muestran un mundo interesante. Es lo poco creíble de la cinta lo que rompe con esa atmósfera lograda y dinamita su calidad o pretensiones de éxito.

En definitiva, una sucesión de infortunados acontecimientos seguidos de la mejor de las suertes es cómo resumiríamos la película de Lub Besson.

Plantea muy correctamente las dudas o cuestiones sobre que ocurriría realmente si el ser humano fuese capaz de utilizar la totalidad de su capacidad cerebral.

Si su función original era la de entretener al espectador, lo consigue, pero poco más. 

Deja un mal sabor en la boca y aunque podría haber sido un gran film, con gran reparto, historia y efectos, se ha quedado en un bache cinematográfico considerable.

Valoración:

4/10