domingo, 9 de noviembre de 2014

Crítica El corredor del laberinto

The maze runner


El corredor del laberinto es la primera adaptación a la gran pantalla de la trilogía de novelas juveniles escritas por James Dashner,  que vio la luz allá por el 2009.
Cinco años después llega a la gran pantalla esta torpe y espantosa adaptación que deja mucho que desear, y que está claramente, por no decir exclusivamente, dirigida a un público juvenil.


La película narra las peripecias de un grupo de chicos que poco a poco han ido apareciendo en un claro, el cual está rodeado por un intrincado y mortífero laberinto, en el cual han sabido desarrollar una civilización de adolescentes hormonados, sin ninguna presencia femenina, que han ido creando un hogar a base construir casas en los árboles.

Una vez al mes les llega por una especie de elevador un nuevo integrante junto con víveres y recursos que no pueden encontrar ni cultivar en el entorno.
Cuando llega el personaje protagonista, interpretado por Dylan O´Brien, todo comenzará a cambiar y a desmoronarse para los veteranos integrantes de esa peculiar comunidad por culpa de la curiosidad e interés por salir de este nuevo joven.
La aparición de una chica poco después de su llegada y el cierre del grifo de recursos por sus misteriosos capturadores iniciarán una serie de acontecimientos en los que saldrán a la luz una serie de misterios e incógnitas sobre los recién llegados, que quizás no sean quienes parecen ser.


Un reparto bastante desconocido es el encargado de dar vida a estos jóvenes protagonistas en una de las películas más aburridas y sin sentido de la cartelera actual.
Al margen de la novela juvenil, la cual desconocemos si es literalmente tan aburrida como el film, la película solo destaca notablemente en los decorados del claro y el laberinto que dan cierta belleza y misticismo a la película. 
Por lo demás es una película bastante absurda, con una duración exagerada para los acontecimientos que se suceden, pues es básicamente lo mismo todo el rato, lo cual solo hacen larga la agonía de lidiar con la historia.


En definitiva, es una película monótona y aburrida, que todo el rato va de lo mismo, unos chavales que entran y salen corriendo de un laberinto y que se tiran los trastos unos a otros buscando dirigir la comunidad.
El final es absurdo y desconcertante, aunque quizás sea la única parte buena de la película, que plantea el origen a unas continuaciones que bien podrían ser mucho más llamativas.
Es una película para un público bastante más juvenil que lo que pudiese parecer en los trailers promocionales previos a su estreno. 
Nos hemos llevado una gran decepción con El corredor del laberinto, que intenta estar a la altura de las sagas juveniles como "Los juegos del hambre" o "Harry Potter", quedándose a kilómetros de distancia.

Valoración:

1,5/10



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