jueves, 25 de diciembre de 2014

Crítica St. Vincent

St. Vincent


¿Que importa la edad en el cine? Eso nos demuestra Bill Murray en St. Vincent. A veces los actores son como el vino, que con el tiempo van a mejor. En el caso de Bill Murray es un sí y un no. Es un sí porque en esta película hace una de las interpretaciones más realistas, sinceras y humanas de su carrera cinematográfica, y es un no porque Bill Murray siempre ha sido un genio del séptimo arte y tiene un don especial por llegar al público.

Con toques de humor y de drama St. Vincent es una película conmovedora protagonizada por el veterano Bill Murray, Melissa McCarthy, Naomi Watts y el joven Jaeden Lieberher, como el gran actor revelación de la película.


La película nos presenta a Vincent, un viejo gruñón, borracho, putero, ludópata y borde, un cuadro de hombre, que no tiene demasiados amigos y cuya vida es una pura rutina entre su casa, el bar y el hipódromo.
Sin embargo, todo cambiará cuando Maggie (McCarthy) y su hijo Oliver (Lieberher) se muden a la casa de al lado y Vincent, de manera fortuita, comience a hacer de canguro del joven Oliver.

A pesar de todas las razones que el chico podría tener para recelar de Vincent y que le caiga mal, no tardan en hacer buenas migas y se convierten en grandes amigos, y lo que es más importante, Vincent se convertirá en la figura paterna que Oliver necesita en un momento tan complicado de su vida.

Como cabe esperar, las "aventuras" de Vincent y Oliver serán las encargadas de aportar ese tono cómico a la película, con unas situaciones tan extrañas como divertidas. 


Pero no todo será un camino de rosas en la película. Todos los personajes tendrán algún problema que superar. Pequeñas o grandes vicisitudes que les llevan a ser como son de cara a los demás. Desde un exmarido infiel que quiere la custodia, hasta unos abusones, o un bebé inesperado malo para el negocio, llegando a tener que ver como un ser querido no te reconoce y día tras día haces todo lo posible por que esté bien todo el tiempo que le quedé.

Es una película muy humana. Refleja problemas cotidianos en personas corrientes, personas que luchan por salir adelante y ser felices.

Los cuatro miembros protagonistas de la cinta se salen en sus papeles. McCarthy en el papel de la madre atormentada que, por querer dar lo mejor a su hijo, le dejará de lado por trabajar. Watts es genialmente divertida dando vida a la stripper y prostituta embarazada rusa, todo un combo de lo más cómico. Y, por supuesto, Bill Murray, impecable una vez más, nos enseña su lado más odioso y el más carismático al mismo tiempo, dejando un poco al margen su lado más cómico al que estamos acostumbrados.


En definitiva, es una película genial y conmovedora. Quizás no sea para los más pequeños de la casa, eso que lo juzguen sus mayores, pero es importante ir a verla y pillar el mensaje. Y es que St. Vincent no deja de ser eso, un mensaje en una gran historia.

Nos ha sorprendido y agradado mucho el papel de Vincent y su interpretación por parte de Murray. Un hombre atormentado y misterioso, que es más complejo de lo que parece y que bien podría ser un santo. Maravillosa la evolución de su personaje a lo largo de la película.

Valoración:

7/10








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