sábado, 13 de septiembre de 2014

Crítica Hércules

Hercules


El pasado miércoles, y aprovechando los miércoles de cine de Cinesa, acudimos a ver la nueva película de Dwayne "La Roca" Johnson, en la que el actor de acción encarna al semidiós de la mitología griega Hércules.

Hércules es la última película de Brett Ratner (director de X-men 3 la decisión final) que reúne a un amplio elenco de grandes actores para respaldar al héroe mitológico en sus peripecias. Rufus Sewell (El ilusionista), John Hurt (Harry Potter y la piedra filosofal), Ian McShane (Piratas del caribe en mareas misteriosas) y Joseph Fiennes (Shakespeare in love) son algunos de los grandes y experimentados actores que ayudarán a Hércules en su lucha por la justicia y la gloria, o bien harán todo lo posible por lo contrario.



A pesar de que la película haya creado cierta dualidad y división en lo que a su crítica se refiere por parte de los fans, la película de La Roca supera con creces a la que el joven Kellan Lutz protagonizó el pasado año, la cual carece de sentido y buen gusto, siendo infinitamente mejor que ella, pero sin llegar a culminar el trabajo.

Casi parece una maldición, sobre todo para los fans, el hecho de que no se llegue a dar con una gran película del héroe griego, teniendo que conformarnos con versiones nefastas o simplemente decentes.
El cine mitológico se trata de una apuesta cinematográfica actualmente en alza, que desde el remake de Furia de Titanes con Sam Worthington (la cual supo estar a la altura de una épica película de ese calibre, aunque no podemos decir lo mismo de su sucesora) abrió la caja de Pandora a un universo de remakes y versiones de Hollywood sobre los semidioses y héroes de la edad griega; lo cual dio lugar a películas como Immortals, con Henry Cavill dando vida a Teseo.

El Hércules de Dwayne Johnson sin embargo es uno de los que más nos ha gustado, a pesar de los contras.
La película, que se inspira en una novela gráfica llamada "Hércules, las guerras tracias", retrata a Hércules como el semidiós hijo de Zeus y una simple mortal, que ya desde pequeño mostró contar con la gracia de los dioses al estrangular a las serpientes que la diosa Hera mandó para matarle, pero solamente le muestra así de cara al público griego, siendo en verdad un mercenario más con la diferencia de ser un hábil guerrero y contar con una fuerza sobrehumana digna de reconocimiento.



Es precisamente por ello que la historia resulta mucho más creíble y enfocada desde un punto que nunca se había hecho con anterioridad. El hecho de que Hércules sea un mortal como otro cualquiera,  que cuenta con un amplio grupo de mercenarios fieles que darían la vida por él, da a la película ese toque especial carente en las demás.
El título de hijo de Zeus y la mención a los 12 trabajos están presentes a lo largo de la película, pero no más que como embellecedores de la historia y desde luego como método para infundir el temor en los enemigos, quedando en simples leyendas.

La mitología se aparta entonces a un segundo plano, no más allá de mentiras que se difunden entre los distintos ejércitos para aterrorizar al contrario o para ayudar a los mercenarios de Hércules a encontrar más encargos, ya que ¿Quien no contrataría al supuesto hijo de Zeus para luchar a su lado?
Es por eso que la magia y las criaturas de las historias no tienen cabida en esta historia mucho más realista en la que nada es lo que parece ser, donde ven centauros hay hombres a caballo, donde ven a la Hidra no son más que hombres con cascos grotescos y donde ven aliados quizás no resulten ser tan buenos aliados como parecían.




Una vez más Dwayne Johnson demuestra que puede ser quien quiera dentro del cine de acción, incluso un personajes con pelo y más aún con melena.
El reparto es indudablemente un importante salvavidas que hace mantener a flote todos los resbalones de la película, siendo por tanto el elemento más importante de la misma.

Las escenas de acción y combate son numerosas a lo largo de la película, tal y como era de esperar, y además son bastante buenas, a la altura de una producción como es esta.
No falta tampoco el elemento de humor, tanto dentro como fuera del campo de batalla, servido de la mano del personaje de McShane, al cual los dioses le conceden ver fragmentos de su futuro o el de sus amigos, sabiendo por tanto cuando y como va a morir y jugando con ello a lo largo de la película; también el personaje de Reece Ritchie, que interpreta al sobrino del héroe a lo largo de la trama, el cual es un historiador encargado de contar y adornar la historia del semidiós.

En definitiva, es una de las mejores versiones que hemos visto de Hércules en mucho tiempo, dando mil vueltas sobradamente a la versión de Lutz.
Es entretenida, llena de acción, divertida y perfecta para todos los espectadores, pues no hay escenas especialmente brutales en ningún sentido.
Nos sigue encantando Johnson, y cada día más.

Valoración:


6/10



No hay comentarios:

Publicar un comentario