viernes, 10 de abril de 2015

Black Mirror

Black Mirror


Ya fue polémica en el momento de su estreno, allá por el año 2011, y aún sigue dando mucho de que hablar cada vez que estrena temporada nueva.
Black Mirror, la serie británica producida por Channel 4, lleva ya dos temporadas completas y habiendo anunciado una tercera no pierde su fuelle inicial.

Es innovadora, es rompedora y sobre todo es original, también podríamos tacharla de provocadora en muchos aspectos, pero son más los pros que los contras a la hora de hacer una crítica bien llevada de la sociedad actual.


Si bien la serie empezó sus andadas televisivas con relativa poca fuerza, lo cual se debió a su tono tan sombrío y particular, ha acabado ganándose al público y ha sabido ir actualizando sus historias sin llegar a ser repetitiva.

Tres episodios tiene cada temporada de Black Mirror, tres episodios que duran escasamente una hora, pero que se caracterizan por no tener nada que ver los unos con los otros.
De algún modo, cada episodio se centra en una realidad social, algo sobre lo que sus guionistas y productores quieran desarrollar una queja ávida, y que por supuesto compartan los espectadores.

De esta manera van enfocando problemas políticos, tecnológicos o sociales del siglo XXI mediante las perspectivas de personajes completamente distintos, y en muchos casos contrarios.
Esto va generando una originalidad mayor, a la hora de crear tres historias completamente distintas cada temporada, y favorece al espectador al no perderse en la trama por no haber visto el episodio anterior, ya que al no tener nexo entre ellos se puede ver cada uno de manera aislada.


Y aunque la serie comenzó siendo algo desconocida y costó familiarizar con el público, ahora se ha convertido en una de las series que más se esperan a lo largo del año, siendo muy similar al fenómeno vivido con la serie de la BBC "Sherlock".

Uno de los puntos más llamativos de la serie, es que en al menos un episodio de cada temporada tendremos la oportunidad de ver alguna que otra cara conocida.
Por lo general, el reparto de la serie es bastante desconocido, o al menos limitado al panorama televisivo británico, pero por fortuna a más de uno podremos reconocer de otras grandes series o películas.

Toby Kebbel ("Prince of Persia"), Rory Kinnear ("Skyfall"), Hayley Atwell ("Capitán América: el primer vengador"), John Hamm ("Mad men"), Tom Cullen ("Downton Abbey"), Domhall Gleeson ("Star Wars Episodio VII: el despertar de la fuerza"), Jason Flemyng ("Snatch, cerdos y diamantes") o Oona Chaplin ("Juego de tronos") son algunas de esas grandes estrellas de las que podremos disfrutar en las distintas historias de esta transgresora serie.


Estos temas que se van sucediendo a lo largo de los episodios son de lo más variopintos.
Cada uno revela una realidad social actual y la expone de manera ridícula o vergonzosa a modo de crítica que puede ser, o no, vista como realmente constructiva.

Aunque no todos los episodios son tan críticos, todos esconden al menos un mensaje que se pretende transmitir al público.

Los mensajes van ocultos en episodios sobre asesinatos, corruptelas políticas, accidentes de tráfico o las nuevas tecnologías, pilares básicos de lo que se puede llamar la sociedad actual.

Desde un episodio en el que el Primer Ministro se verá forzado a hacer algo innombrable por el futuro de la nación, hasta la estupidez humana en lo que a temas políticos se refiere cuando lo que empezó como un chiste acaba haciendo que un oso azul en una pantalla se convierta en candidato político, la muerte de algún protagonista en la que las nuevas tecnologías juegan un papel importante a la hora de "traerlo de vuelta a casa" o simplemente hacer a una mujer vivir una situación horrible que no tiene una explicación aparente.


La serie es genial. Muy lograda y muy bien construida. 
Se aprecia esa gran variedad que ya comentamos, no solo en el cambio de tramas, sino también a la hora de crear un ambiente externo cada vez más distinto y que nos lleva a unos futuros distópicos con unas posibilidades de convivencia muy limitadas.

De todas formas, aquellos sensibles a ciertas cosas deberán abstenerse de ver ciertos episodios, lo cual no quiere decir que tengan que dejar de ver todas las temporadas, tan solo limitarse a dejar algunos episodios que puedan resultarles algo más duros.

Sin embargo, por lo demás es una serie que engancha. Deja un grito de auxilio en el aire para con esta sociedad, a la espera de que alguien haga algo por empezar a actuar.





1 comentario:

  1. De las mejores series que sigo. Lo único malo, que haya tan pocos capítulos, porque deja con ganas de más...

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