martes, 28 de octubre de 2014

Crítica La Isla Mínima

La Isla Mínima


La Isla Mínima es la nueva película del director español Alberto Rodríguez, que a las órdenes de un gran reparto de actores nacionales dirige uno de los mejores thrillers en castellano de los últimos tiempos.

Protagonizada por Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo, acompañados de estrellas del cine nacional como Antonio de la Torre y otras menos experimentadas como Nerea Barros, consiguen crear una atmósfera de misterio y tensión perfecta para mantener al espectador absorto en la pantalla durante toda la película.


La cinta narra la historia de un par de policías que en el año 1980, tan solo 5 años después de la muerte del General Francisco Franco y por ende el final de la dictadura, acuden a un pequeño pueblo de Andalucía con una difícil tarea entre manos; encontrar a unas hermanas desaparecidas varios días antes en las fiestas del pueblo.

La trama se irá complicando poco a poco y a medida que se suceden una serie de acontecimientos de lo más tenebrosos se comenzarán a descubrir todos los secretos que ese pequeño pueblo esconde, de carácter no demasiado legal, y que terminarán por apuntar hacia un macabro asesino en serie a la española.


Nos resulta inevitable, al ver la película, acabar comparándola con la exitosa serie norteamericana de la HBO True Detective, protagonizada por Woody Harrelson y Matthew McCounaghey. En esta serie dos detectives completamente opuestos en personalidad y en vicios han de trabajar unidos para poder dar con un temible asesino en serie al que persiguieron años atrás y se les escapó en su día.

Evidentemente, es preciso salvar las distancias entre uno y otra. Nada tiene que ver una serie de televisión con una película, pudiendo explayarse mucho más en la serie. Sin embargo, es indudable, que casi con total certeza, la inspiración de esta película viene de la serie de la HBO, no solo por la trama, sino por las relaciones entre los personajes de ambas.

La película, sin lugar a dudas, es de lo mejor que la industria cinematográfica nacional ha producido a lo largo de este año.
El montaje de la película es impecable, con unas tomas aéreas perfectas y realmente sorprendentes, que aportan gran belleza y originalidad a la cinta. Añadiendo el detalle de la elevada calidad de los decorados y los lugares donde se ha rodado la cinta, que mezclan difusamente el orden y la belleza de un día soleado con el caos y el terror en días lluviosos, casi como si el tiempo meteorológico fuese el director de orquesta de muchos de los acontecimientos.


Es muy interesante apreciar, con la precisión que se hace en esta película, la tensión o resentimiento que muchos sectores de la población muestran contra la Benemérita (la Guardia Civil) y la policía, que jugaron papeles tan importantes en la represión del Régimen.
Podemos ver por encima, ya que se exponen claramente en la película, los primeros movimientos de los jornaleros en el campo, sus primeras huelgas y movilizaciones en aras de unas condiciones laborales más favorables.

En definitiva, es una gran película, aún siendo de marca hispánica. Nada tiene que envidiar a los grandes thrillers extranjeros ni a los repartos internacionales, pues con los medios disponibles se ha conseguido realizar una película de misterio, con grandes pinceladas de historia post-dictadura y desde luego con el elemento clave del cine policiaco.

Valoración:


7/10



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