lunes, 3 de agosto de 2015

House of Cards

House of Cards


Si hay algo complejo en este mundo eso es la política. Cada país tiene sus distintas formas de ejercer sus gobiernos, ya sea mediante democracias, repúblicas, monarquías o dictaduras, cada estado soberano es todo un mundo en cuanto al desarrollo de la política, un fenómeno complejo y escabroso.

En la búsqueda de tratar de aportar una visión de como se mueve auténticamente la política de uno de los países más poderosos del mundo, como son los Estados Unidos de América, surge la serie televisiva "House of Cards", una de las grandes maravillas que la pequeña pantalla se encarga de llevar a nuestros hogares en dosis limitadas de cincuenta minutos a la semana durante las trece semanas que ocupan los episodios de cada temporada.

La maestría con la que se desenvuelve la trama, presentando personajes nuevos continuamente y desentrañando las intrigas que llevan a un simple congresista de los EEUU a estar a las puertas de la presidencia del país, habiendo tenido que mancharse las manos con mucha sangre, es lo que hace a "House of Cards" una propuesta tan perfecta para descubrir todos los misterios de este terrorífico empleo.


La serie se centra en la figura de Francis Underwood, un congresista de los EEUU, líder de la mayoría en el Congreso, que lejos de estar conforme con su puesto y privilegios dentro del sistema de política del país pretende llegar mucho más allá en sus aspiraciones.

Traiciones, engaños, conjuras, pactos secretos y disfraces son algunas armas que tanto Frank Underwood como sus rivales y aliados en Washington deberán utilizar con maestría para no salir de  escena y asegurarse un puesto con posibilidades de futuro en la Casa Blanca, el Congreso o el Senado.
Sin embargo, esto no será tarea fácil teniendo que hacer frente a mentes brillantes como la de Frank, su esposa Claire o su jefe de gabinete, el implacable Douglas Stamper.

Todos estos personajes, caracterizados por una gran inteligencia y visión para jugar a la política, harán todo lo que sea necesario para ir ganando apoyos y peso en un sistema corrupto hasta la medula donde los honestos y los crédulos son los únicos afectados.
Poco a poco, durante las tres temporadas que lleva la serie en antena, se puede ver como el personaje de Frank evoluciona de ser un simple congresista a cinco metros del Presidente en las fotos oficiales, a estar sentado a la derecha del mismo ya como vicepresidente, a convertirse en el líder del mundo libre.


La grandeza de "House of Cards" reside en explicar de manera visual y, dentro de lo que cabe, simplificada como funciona realmente una democracia y como son las estrategias que sus marionetas desarrollan en aras de ir subiendo escalones en la pirámide de poder.
Un elemento fundamental para que el espectador lego comprenda en muchos momentos lo que está ocurriendo en escena es la manera tan innovadora que tiene la serie de hacer que su protagonista, Frank, interactúe en primera persona con el espectador hablándole directamente.

Para una tarea tan compleja como es la de garantizar el éxito de esta serie televisiva el estudio, Netflix, ha sabido guardarse bien las espaldas contando con un buen puñado de grandes actores y actrices del momento para dar vida a estos polémicos personajes.

El oscarizado actor Kevin Spacey, conocido por grandes éxitos cinematográficos con "Sospechosos habituales" o "American Beauty", es el encargado de dar vida al frío y desalmado Frank Underwood creando una relación de amor odio irracional con los espectadores a medida que se desarrolla la serie y su personaje.
Por otra parte, Robin Wright, la actriz que dio vida a Jenny en "Forrest Gump", se ha convertido en la inseparable y peligrosa esposa de Frank, Claire, que también tiene muy claros sus objetivos y aspiraciones y que hará todo lo necesario por alcanzarlos.


Además de dos protagonistas de categoría como lo son Kevin Spacey y Robin Wright, al reparto se han ido uniendo a lo largo de las temporadas intérpretes como Corey Stoll ("Ant-man"), Kate Mara ("Cuatro Fantásticos"), Michael Kelly ("Destino oculto"), Michel Gill o Jimmy Simpson ("Asalto al poder").

"House of Cards" ha supuesto toda una revolución en cuanto al modo de ver y entender la política. Al margen de que no se puede tomar al pie de la letra todo lo que ocurre y tratar de aplicarlo a las medidas políticas reales, si que estamos convencidos de que no distará en gran medida de lo que supone realmente el desarrollo de este tipo de trabajo. Un empleo que obliga a tener dos rostros; el rostro amigable y público que se quiere mostrar a la gente y el auténtico rostro que estos personajes esconden, uno cruel y metódico.

Durante los tres años de vida que ha tenido esta serie hasta el momento, y esperamos sean muchos más, "House of Cards" ha sabido crearse un buen número de seguidores. Algo que se entiende a la perfección gracias a la calidad de sus guiones, la perfección de los planos, las escenas y la iluminación y las maravillosas interpretaciones a las que su reparto, destacando el trabajo de Spacey y Wright, han ido haciendo a lo largo de sus episodios.


Intimida mucho ver algunas decisiones que los personajes toman en la serie, muy a expensas de aquellos a los que el espectador creía sus amigos o aliados. Se descubre que en el juego de la política todo lo que se hace se realiza por interés personal, siempre tratando de fingir una ayuda desinteresada al prójimo, lo cual asegura el éxito del manipulador a la vez que le convierte en un favorito.

En ese contexto, cuando algunos personajes descubren esta doble fachada se ven puestos en peligro inminente. Y es que los personajes evolucionan con maestría en la serie. Todos ellos son ampliamente analizados y estudiados; sus motivaciones, sus orígenes, sus prioridades, ... Es magnífica la labor creativa que hay detrás de tal número de personajes.

La serie en sí trata de desentrañar los entresijos de lo que la política es realmente, un castillo de naipes donde sus jugadores harán todo lo posible por vencer a sus oponentes y tirar sus castillos abajo. 
Es una serie sobresaliente que merece ser vista por todos aquellos que busquen un entretenimiento perfecto además de aprender ciertos detalles sobre la vida política en los Estados Unidos.







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