sábado, 4 de julio de 2015

Crítica de Ex Machina

Ex Machina


El cine de ciencia ficción a menudo sorprende con películas que plantean cuestiones existenciales y de gran peso para el espectador, incrementando de esta manera la calidad del producto y ejerciendo una función reflexiva en la mente de todos los que vean el acabado.
Esta película, "Ex Machina", consigue precisamente eso. El espectador se sumerge en una especie de paranoia que va creciendo dentro de su cabeza y en la propia pantalla, para irse planteando cuestiones de mayor calado y significado.

La prueba de que sigue habiendo un ápice de cine original, con una maravillosa firma de autor, y de que, aunque la receta recuerde mucho a otras películas previas, se puede conseguir llevar la trama y los pensamientos a otro punto completamente diferente y, sobre todo, sorprendente para aquel que va descubriendo la historia.

Es innegable, que la calidad de una película va muy unida a la originalidad y calidad de la mente de aquellos encargados de crear el mundo cinematográfico y darle un sentido, factor que está más que cubierto gracias a la mente de Alex Garland.


La película nos presenta un futuro no demasiado lejano en el que la tecnología ha seguido avanzando y ahora existen nuevos aparatos que facilitan más la vida de sus usuarios.

En ese punto, se presenta a Caleb, un joven y brillante técnico en una de las empresas de creación e innovación tecnológica más importantes del mundo.
Justo al comienzo del filme, Caleb recibe una notificación que le avisa de ser el ganador de un concurso en el que podrá conocer al misterioso creador y director de la empresa y pasar toda una semana con él para trabajar juntos.

Caleb es llevado a un paisaje montañoso sorprendente donde tiene su residencia Jay, el enigmático jefazo de la empresa de Caleb, que no acostumbra a salir demasiado de casa.
Al llegar allí, Caleb se encuentra con un hombre más o menos de su edad, que vive solo con su ayudante y que se pasa los días trabajando en sus proyectos o bebiendo hasta dormirse.

Jay ofrece a Caleb formar parte de su nuevo proyecto, una creación que cambiará por completo la idea de tecnología que había hasta el momento.
Tras aceptar la oferta, Caleb conoce a Ava, un organismo robótico dotado de inteligencia artificial con el que Caleb deberá interaccionar a diario para determinar si es una IA suficientemente elaborada como para pasar por humana.

Sin embargo, Caleb deberá tener mucho cuidado y elegir bien en quien confiar, porque nada es lo que parece ser.


Cuando alguien dedica los últimos quince años de su vida a escribir los guiones y las historias de algunas de las películas de ficción más míticas del siglo, no es de extrañar que su estreno como director cinematográfico cuente con una amplia experiencia en el sector y facilite mucho la labor creativa de la historia como la de dirección.
Este es precisamente el caso de Alex Garland. Un guionista de los pies a la cabeza que da el salto a la dirección con su Ópera Prima, "Ex Machina", que está muy a la altura de las grandes películas a las que ha puesto voces.

Entre sus trabajos como guionista se encuentran algunos éxitos de Danny Boyle, como "28 días después" o "La playa", y otros largometrajes como "Dredd", el remake de la película de Stallone.
Sin embargo, con "Ex Machina", Garland asume por primera vez las riendas de un proyecto y enfoca con gran decisión y claridad un proyecto ambicioso y llamativo como es este el caso.

Con respecto al reparto protagonista de la cinta, nos encontramos con tres actores fundamentales sobre los que recae toda la acción.
Oscar Isaac, conocido por películas como "A propósito de Llewyn Davis", "Drive" o "Las dos caras de enero", y Domhnall Gleeson, que dio vida a Bill Weasley en las dos últimas entregas de Harry Potter y tuvo un papel en la película de Angelina Jolie "Invencible", son los protagonistas masculinos de la cinta, dando vida a Jay y a Calep respectivamente, que volverán a coincidir en la nueva trilogía de Star Wars.
Ambos actores demuestran una vez más que son parte de los mejores actores que nos ha traído de nuevas esta última década. Sus interpretaciones revientan la pantalla, con unos personajes muy interesantes que van evolucionando a lo largo de la historia.

Por otra parte, Alicia Vikander es la protagonista femenina de la cinta. Una actriz que ha tenido papeles más bien secundarios en películas como "Anna Karenina", "El quinto poder" o, recientemente, en "El séptimo hijo" da vida a Ava, el organismo robótico dotado de inteligencia artificial que será puesto a prueba.
Su interpretación es de diez, superando aunque sea por poco las interpretaciones de Isaac y Gleeson, que también están increíbles.



En definitiva, es un película realmente brillante, sorprendente desde el minuto número uno, lo cual hace de ella un entretenimiento asegurado.

Plantea dudas o cuestiones de las que acaban trascendiendo más allá de lo que puede hacer una simple película.
La paranoia que irradia el filme en algunos momento de más tensión, en lo referido a las capacidades de aquellos organismos dotados de inteligencia artificial, son los que consiguen volver algo loco al protagonista, Caleb, que llegará incluso a dudar si realmente él es humano o es también un robot dotado de esa IA.

El reparto de la película, sobre el cual recae toda la acción y relevancia del filme, pues es un reparto que queda limitado a los tres nombres ya citados, se sale en sus actuaciones.
No es ningún secreto que Gleeson e Isaac son dos brillantes actores de su generación que prometen seguir dando mucho de que hablar en los años próximos, tanto en grandes producciones y blockbusters como en películas más independientes.

Sin embargo, Vikander, que si bien ya había destacado en alguna ocasión previa con sus papeles secundarios, se eleva a un nivel superior con el gran papel y la gran interpretación que realiza en esta película de Alex Garland.

En cuanto a la producción del filme, unos decorados salvajes y con pinceladas futuristas son los encargados de llevarnos unos años más adelante en el tiempo y hacernos pensar mucho sobre todo lo referido a esas cuestiones de la película.

Alex Garland ha sabido pegar el salto a la dirección con gran maestría. Una película digna de cualquiera de los grandes del género que no solo entretiene, sino que también nos da mucho que pensar.

Valoración:

8/10







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