miércoles, 1 de julio de 2015

Crítica de Espías

Spy


Paul Feig ha reencontrado su esencia cinematográfica con "Espías". El cine de comedia parodiando uno de los géneros que más adeptos tiene, como es el cine de espionaje, no pasa de moda, y menos cuando es Feig el que nos trae una visión tan alocada y despreocupada de película que mezcla los ingredientes de 007 o Tom Clancy con el humor simple que tanto gusta.

Después del resbalón que Feig tuvo tras dirigir "Cuerpos especiales", el director ha vuelto a contar con su actriz fetiche para protagonizar este tercer largometraje que dirige. Melissa McCarthy ha estado en absolutamente todos los largos que Feig ha dirigido, desde su éxito con "La boda de mi mejor amiga" hasta "Cuerpos especiales" para llegar ahora a "Espías" y encontrarse de nuevo juntos en el rodaje de "Cazafantasmas III".

En esta ocasión, los espías de Feig van a sorprender mucho al espectador, pues nada tienen que ver con los eficaces y serios espías que hemos podido ver hasta el momento. Tiene cierta similitud con "Top Secret" en cuanto a parodiar el género de espionaje, sin embargo, no necesita recurrir a ese tipo de humor, tan propio de películas como "Agárralo como puedas", pero que consigue innovar.


La trama de la película no es nada que no hayamos visto ya anteriormente en el cine.

En esta ocasión gira en torno a unos agentes de la CIA que están destinados a las misiones más peligrosas y peliagudas que la Agencia pueda tener.
Uno de los mejores agentes en servicio, Bradley Fine, cuenta con el apoyo logístico de la agente Susan Cooper, que ha pasado los últimos diez años de su vida en el sótano de la CIA ayudando a Fine en todas y cada una de sus misiones.

Sin embargo, la aparición de una bomba nuclear de gran potencia pondrá a todos los agentes en tensión cuando la única persona que conocía su paradero fallece torpemente por culpa del propio Fine.
La otra persona que puede conocer la ubicación del explosivo es la hija del vendedor de armas fallecido, Rayna, la cual es un hueso duro de roer que no parará ante nadie hasta conseguir vender la bomba que su padre escondió.

Para complicar más las cosas, Rayna cuenta con una lista con todos y cada uno de los nombres de los agentes en operativo que la CIA tiene infiltrados por todo el mundo, por lo que la directora de la Agencia se verá obligada a mandar a Susan Cooper, desconocida para el enemigo pero sin experiencia sobre el terreno, para seguir a Rayna y descubrir el paradero de la bomba.

Agentes dobles, traiciones, sorpresas y un espía aliado más torpe de lo que parece, Rick Ford, serán algunos de los obstáculos que Cooper tendrá que sortear, cambiando de identidad en repetidas ocasiones y haciéndose pasar por alguien que realmente no es.


Paul Feig ha vuelto por todo lo alto. Precisamente la dirección de la película es uno de los puntos más llamativos de la película; y el guión, también escrito por el propio Feig, consigue destacar notablemente, pues a pesar de no ser ninguna maravilla del séptimo arte, tiene una inspección muy profunda y llamativa de sus personajes que, de una manera u otra, van evolucionando a lo largo de la trama.
Con esto, Feig, demuestra su don para profundizar en los protagonistas de sus películas y convertirlos en personajes realmente divertidos, que hacen bien en pantalla y que sorprenden al espectador entre risas o sorpresas.

La voz cantante de la película la lleva McCarthy, eso no tiene duda alguna.
Es impresionante ver como Melissa McCarthy se mete de lleno ahora a dar vida a una espía después de haber sido una agente de policía en "Cuerpos especiales". La prueba viviente de que las escenas de acción y peleas trepidantes no son solo para los actores más fuertes de Hollywood está en esta brillante actriz, que no ha dejado de sorprender en el mundo de la interpretación y la comedia desde sus comienzos.

Jude Law ("Sherlock Holmes") y Rose Byrne ("X-men: First Class") dan vida a Bradley Fine, el agente al que da cobertura Cooper y que tiene a Susan como loca, y a Rayna, la retorcida antagonista de la película.
Los dos personajes son divertidos, se nota que ambos actores han disfrutado al tener que meterse en la piel de un espía veterano con alguna que otra metedura de pata y una perseguida criminal con acento y una tremenda facilidad para mandar ejecutar a sus secuaces.

Sin embargo, el personaje más divertido, mejor elaborado y con más chicha de la película es el de Rick Ford, al que da vida Jason Statham.
Es algo que nunca habíamos visto, al menos hasta tal punto, con Statham. Un personaje creído, "barriobajero", gracioso y un poco inútil; un fantasma, en conclusión. 
Es el mejor personaje de la película, que además sorprende por ver a Statham dando vida a un personaje tan contrario a los que acostumbra a realizar en películas como "Los mercenarios" o "Transporter".
Un poco tonto, con alguna buena escena de acción y unas frases del guión muy a la altura del personaje lo convierten en el favorito para muchos espectadores.


En definitiva, es una película muy agradable para todos los espectadores que disfruten del cine de espionaje y las comedias más típicas de toda la vida.
Un humor predominantemente absurdo es el sazonado especial de esta película que, de una manera precisa, consigue que el espectador se sienta a gusto.

Una vez más, la predilección de Feig por protagonistas femeninas en sus películas es bien recibida y bien resultante. McCarthy como protagonista de "Espías" es una de las mejores elecciones que el realizador pudo haber tomado al respecto.

Unos planos llamativos, con escenas de acción y explosiones trepidantes, son el otro ingrediente que, junto al humor, hacen de "Espías" algo que consigue mantener al espectador muy atento durante sus dos horas de duración.
Leves flaquezas del guión y algún que otro descuido a la hora de montar las escenas más peligrosas o de combate evidencian algunos fallos técnicos o de montaje, como poder distinguir a los dobles de acción con preocupante facilidad (si estáis atentos lo podréis comprobar vosotros mismos) o presenciar escenas más predecibles o burdas por esas lagunas del guión.

Es una elección llamativa. Hay que ir concienciado de que tipo de humor es al que recurre la película, un tipo de humor más bien sencillo que mezcla las pullas entre personajes con golpes de lo más absurdos.
Otro aliciente para ir a ver la nueva película son los cameos del propio director, que da vida a un cliente borracho en el hotel de Parías, o el del mismísimo rapero 50 Cent.

Valoración:

7/10








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