miércoles, 4 de febrero de 2015

Crítica de Whiplash

Whiplash


Evidentemente muchos son los directores que sueñan ver su primer largometraje cinematográfico nominado en las grandes entregas de premios del mundo. Damien Chazelle, con sus treinta años de edad, puede estar orgulloso de haber conseguido ese reto.

Whiplash es su primer largometraje, del cual se ha encargado de escribir, dirigir y producir, y que está inspirado en un cortometraje homónimo que el propio Chazelle dirigió el año pasado y que tiene la misma historia con el mismo protagonista antagónico.

Nada tiene que envidiar a producciones de los más veteranos de la industria, y es que cuenta con cinco nominaciones para los premios Oscar de la Academia de cine norteamericana, además de haber recibido grandes y más que favorables críticas y su merecido reconocimiento en forma de estatuillas, al menos para uno de sus protagonistas.

Poco más para introducir una película que es tan completa y fascinante como "Whiplash"; repleta de sorpresas, tomas sorprendentes y una historia con unos personajes de lo más llamativos y complejos.


La historia gira en torno a Andrew, un joven y ambicioso músico cuya pasión es la batería.
Andrew estudia música en un prestigioso conservatorio cuando toda su vida da un giro radical al ser observado por unos de los directores de orquesta más exigentes y prestigiosos del país, Fletcher.

Fletcher captará a la joven promesa musical para su banda, pero no todo será un camino de rosas para Andrew.
El joven irá experimentando los cambios y manías del perfeccionista director hasta el punto de perder el control o pasarse horas y horas ensayando sin descanso.

El afán de éxito del joven, unido a las exigencias de Fletcher, llevarán a los dos a sus límites, haciéndoles explotar y enfrentarse en más de una ocasión, lo cual supondrá para Fletcher, acostumbrado a dominar a sus músicos e intimidarles,  algo nuevo y desafiante.

Una historia completamente rompedora, que juega a hacer cine y consigue un resultado más que favorable.
A lo largo del filme podemos ver como los personajes de Andrew y de Fletcher evolucionan para con las circunstancias y se convierten en algo que inicialmente no parecían ser, o que al menos conseguían ocultar muy bien.


J.K.Simmons ("Ladykillers") y Milles Teller ("Divergente") interpretan, respectivamente, al implacable pero efectivo profesor y al joven alumno expectante por convertirse en una de las grandes leyendas de la música.

Uno de los puntos fuertes mejor llevados de la cinta, que sin duda destaca especialmente por la magnífica labor de su novel realizador y de los actores encargados de protagonizarla, es el mensaje que se transmite.

Últimamente hemos ido a dar con películas que contienen un elevado grado de elementos aleccionadores o reflexivos. En esta ocasión no va a ser diferente.
Posiblemente no sean reflexiones tan profundas, filosóficas o emocionales como en otras películas, pero podríamos decir que son reflexiones más de andar por casa, y por tanto más aplicables en nuestro día a día.

Con esto de más de andar por casa, queremos decir que son reflexiones referidas al trabajo duro y la dedicación, sobre que si somos capaces de perseverar en aquello que realmente nos apasiona podremos llegar a ser los mejores de la materia.
La figura del profesor horrible, que siempre exige el doscientos por cien, y que nos exprime al máximo, llegando al punto de recurrir a las amenazas o la intimidación, establece la distinción entre animar a alguien y ponérselo realmente duro.

En el caso de la película hemos querido entenderlo desde el punto de vista de alguien que se pasa su vida entera buscando a auténticas promesas musicales, y cuando cree encontrar una no parará hasta estar seguro de que ha dado con ella.
Hacia el final de la película hay una escena en la que se puede observar los cambios que dicho personaje experimenta en menos de cinco minutos con respecto al joven Andrew. Pasa de hacerle una auténtica pascua para ver si puede salir del marrón (o directamente para jorobarle) a convencerse de que ha dado con ese genio.
Esto da lugar a un estudio y evolución del personaje de lo más completa y llamativa.


En definitiva, lo más destacable de la película es ese montaje final que el realizador estadounidense realiza. Ese tono tan oscuro e iluminado de manera especial que le da una gran personalidad y estilo propio a la obra final.

Teller está sorprendente. Acostumbrados a papeles planos en blockbusters juveniles más bien mediocres, ha sabido afrontar la seriedad y evolución de un personaje más complejo dentro de lo que podría ser un cine más independiente.
Su personaje experimenta un cambio físico y mental evidente en la película, situación que no quita la magnífica interpretación realizada. 
Además de la preparación requerida para interpretar a un batería y todo los sacrificios que realiza, que merece su propio reconocimiento, sobresale en la película, aunque siendo eclipsado.

Es J.K.Simmons el gran astro que reluce en "Whiplash". 
Nunca ha sido ningún secreto que Simmons es un auténtico maestro de la interpretación, pero lo cierto es que en el papel de su enfermizo y brutal director de orquesta ha conseguido llegar a la cima de su carrera cinematográfica y coronarse.
No hay nada de su papel que podamos criticar. Es brillante y escalofriante. 
La soltura con la que se mete en la piel de su rol y lo lleva hasta sus límites es algo que nos deja con la boca abierta. Completamente merecidos los reconocimientos que está mereciendo por los premios que está recolectando tras este papel.

Es una película magnífica, que da otra visión sobre el mundo de la música, del jazz en esta caso, que no veíamos desde "A propósito de Llewyn Davis". Recomendable para todos los amantes del cine y de la música por separado, y más aún para los que prefieran unir estas dos disciplinas. 
La banda sonora es otra de las mejores cualidades de la película, con su brillante pieza llamada "Whiplash".

Valoración:

8/10






1 comentario:

  1. Sin duda esta película se merece todos los reconocimientos que tiene J.K Simmons, hace erizar la piel de cualquiera con la pasión que interpreta a su personaje, sin duda Whiplash es una película que vale la pena ver.

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