sábado, 15 de febrero de 2014

Crítica El lobo de Wall Street

El lobo de Wall Street


El lobo de Wall Street, una de las películas más esperadas del año y, desde luego, la película más taquillera, de momento, de Scorsese, deja un sabor agridulce al espectador.

Como ya sabréis la película está basada en hechos reales, pues es la historia de Jordan Belfort, un broker norteamericano que amasó una gran fortuna en los años 90 a base de estafar a sus clientes. La película está dirigida por el renombrado Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo DiCaprio, el cual da vida a este broker. 

Pues bien, cuando digo que la película es agridulce, me refiero a que tiene partes muy buenas y partes muy malas durante las casi tres horas que dura. Toda la trama gira en torno al dinero, el sexo, las drogas y el alcohol que, si bien pueden ser cuatro motivos llamativos para la trama, son tan repetitivos y abusivos que la película resulta bastante predecible y estática. Es verdad que nunca sabes por donde te va a salir el DiCaprio, ni que locura, fruto de una borrachera o un colocón, va a cometer, y puede que todos los acontecimientos sean verídicos acción por acción, sin embargo, plasma bastante más la "buena" vida que se pegaba este individuo a las técnicas que utilizo para estafar los más de 200 millones de dólares que estafo.

La actuación de DiCaprio es impecable y reafirma una vez más que su carrera como actor es como el buen vino, que mejora con los años. Tampoco se pueden dedicar malas críticas a sus compañeros de reparto como Jonah Hill (Juerga hasta el fin), Margot Robbie (Pan Am), Kyle Chandler (Super 8) y la breve aparición de Matthew McConaughey (Dallas Buyer Club) que consiguen sumar puntos a la cinta.

Es innegable que las situaciones que tienen lugar en la película resultan impactantes e increíbles, y la manera en la que Scorsese consigue recrearlas es impoluta, pero, reitero, es tan excesivo que para una película tan larga como es esta, cuesta seguir el ritmo en algunas partes más flojas.

Todo esto no quiere decir ni por asomo que no sea una gran película y se vaya a pasar un buen rato viéndola, solo significa que es probable que tengáis que hacer algún que otro descanso de vista para poder llegar al final. Aún con ello merece la pena ver las interpretaciones de los protagonistas y el morbo que se genera de la relación DiCaprio-Robbie y el buen rollito de colegas entre DiCaprio y Jonah Hill. Y si sabéis estar atentos al final de la película podréis ver al auténtico Jordan Belfort presentando al que da vida DiCaprio en un seminario.

Valoración



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